Con motivo del final de la circulación efectiva de la peseta en el presente mes de febrero, la Fundación Museo de las Ferias presenta parte de su colección numismática de los siglos XV y XVI (monedas de los reinados de Juan II, Enrique IV, Reyes Católicos, Juana y Carlos, y Felipe II) compuesta por piezas procedentes de recientes adquisiciones, depósitos y donaciones. Se pretende con ello recordar uno de los principales hitos de unificación monetaria conocidos en la Península durante la Edad Moderna: la Real Pragmática de Medina del Campo, dictada por los Reyes Católicos en esta villa en junio de 1497.
Dichos monarcas, grandes benefactores de las ferias de Medina del Campo, ordenaron la referida disposición con objeto de unificar la circulación monetaria de los reinos de Castilla y Aragón y, de este modo, intentar solucionar la caótica situación que existía, heredada de tiempos medievales. Así, se establecía como nueva divisa el ducado oexcelente de la granada, moneda de oro de gran calidad que seguía patrones europeos y que circuló en las principales plazas comerciales del viejo continente, siendo ampliamente aceptada en los circuitos financieros de la época.
No obstante, la acuñación de piezas de oro o plata cuyo valor como metal era muy superior al monetario traerá como consecuencia la "saca" de moneda hacia el extranjero y el atesoramiento, circunstancias ambas que darán lugar a una gran escasez de metal precioso. Esta situación, unida a la dificultad e irregularidad en la llegada de la plata americana, llevará a la devaluación de la moneda y a la adopción de medidas proteccionistas para evitar la evasión de capitales. Por los Decretos de Nueva Estampa, dictados en las Cortes de Valladolid de 1537, se creará una nueva moneda de oro (elescudo) análoga a las piezas que circulaban por entonces en Europa, estableciéndose nuevos modelos faciales.
Las continuas guerras que llevaron a la bancarrota a la Hacienda Real y arrastraron a la ruina a muchos banqueros y mercaderes, provocarán la ruptura del eje comercial entre la Península y los Países Bajos y, con ello, el declive del floreciente comercio a gran escala con el norte de Europa. Cada vez habrá menos metal precioso en circulación y para las pequeñas transacciones se empleará la moneda fraccionaria: las piezas de vellón acuñadas cada vez con menos contenido en plata y llamadas popularmente "calderilla".
Todas estas circunstancias intentan ser reflejadas en la selección de monedas expuesta, entre las que cabe destacar un doble excelente de oro, acuñado en Sevilla en tiempos de los Reyes Católicos; un escudo del reinado de Juana y Carlos, o dos reales de a ocho, en plata (un "peso duro" y un "peso minero"). Asimismo, se muestra un conjunto significativo de piezas de uso corriente que circularon cotidianamente en las grandes ferias entre los reinados de Juan II y Felipe II, modestas monedas de uso común como blancas, ochavos ocuartos de "vellón pobre".
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LAS ORDENANZAS DE MEDINA DEL CAMPO SOBRE LA LABOR DE LAS MONEDAS - 1497